domingo, 7 de diciembre de 2014

DEBEMOS EVOLUCIONAR Y DEPENDER DE NOSOTROS MISMOS


Mi Opinión sobre la idea de que jamas muera la tradición de hacer Arepas

Saludos a todos nuestros lectores amigos desde nuestro block, hoy quiero parlotear un poco el tema relacionado con el desabastecimiento de harina de maíz  pre cosida, que desafortunada mente  está afectando a la familia Venezolana y ha traído diversos comentarios realizados por los consumidores,  es de notar que la raíz del problema está ligado a nuestra historia más reciente, hace 70 y tantos años la harina pre cocida no era conocida aun en nuestro País, pero la arepa si estaba presente en cada uno de los platos de los hogares de Venezuela, lamentablemente nuestros abuelos delegaron a un pequeño consorcio industrial, el arte de hacer la arepa o el pan del venezolano, con el tiempo esta pequeña empresa se convirtió en uno de los mayores colosos de la industria que maneja hoy día el monopolio del 70% de los alimentos de la cesta básica que a diario consume cada familia en esta tierra,  es de notar que esta empresa doblega cuando quiere y como quiere al gobierno, pero especialmente al pueblo consumidor, no es posible que en una tierra soberana y libre la cual el comandante Hugo  Chávez siempre hizo referencia,  aun tengamos este tipo de debilidades, conversando yo con la gente en el metro y en el tren de los valles del Tuy, le he asomado la sencilla propuesta y si podemos decir  la idea de crear a través de los consejos comunales,  medianas empresas procesadora de maíz para hacer nuestras arepas, creo que cada comuna está en la capacidad y obligación de albergar en una comunidad  un molino comunitario, de igual manera una sala bien equipada  para el procesamiento del maíz, hasta convertirlo en masa para hacer arepas, tener en nuestras comunidades una empresa de producción social con estas características facilitaría al consumidor el acceso a llevar a su mesa cada día su arepa, pero una arepa rica en fibra, con todos los elementos nutritivos del grano de maíz, con un sabor muy especial y característico que al saborearlo nuestro paladar nos llevará por el recuerdo de nuestra historia, llena de tradiciones y costumbres únicas en el mundo, primero trabajaríamos en el rescate de una tradición que cada día se propone en desaparecer, 2do. Se abrirían nuevas oportunidades laborales en las comunidades, 3ro. Los pequeños productores de maíz ya tendrían a donde llevar su producción, 4to. así como existen las panaderías podríamos tener en cada comunidad las micro fábricas de elaboración de arepas, las areperas socialistas continuarían su labor en alimentar a la gente que transita alrededor del país, se abrían nuevas areperas socialistas, las cuales ya no dependerían de obtener la materia prima de estas industrias, sino de la comunidad,  este tipo de políticas traerían más oportunidades de trabajo para el pueblo,   como todos sabemos en cada región de Venezuela el maíz para hacer arepas tiene diversas formas y maneras de procesarlo, existe gran variedad de arepas, ejemplo: grandes, gordas, delgaditas, pequeñas, esponjadas, planitas,  arepa de maíz pelado, arepa de maíz pilado, arepa de Maíz integral, bueno y pare de contar las cientos de variedades de arepas que existen en cada pueblo de esta hermosa tierra de Bolívar, el lograr que las comunidades acepten esto como una alternativa para hacer frente a las presiones de la industria productora de alimentos en Venezuela, es comenzar el verdadero proceso de una independencia hacia la conquista de la soberanía alimentaria, de lo contrario continuaremos siendo esclavos de un sistema capitalista disfrazado de socialista  que nos maneja con los más sencillo del mundo, los alimentos.  Pienso que es el momento oportuno para trabajar y hacer realidad ideas como estas en beneficio de la lucha por sobrevivir las familias más humildes de Venezuela.
                Hay que aportar nuevas ideas a la sociedad para poder enfrentar las graves presiones que afectan la economía de los pueblos latinoamericanos, es de esta manera en que nacen y se hacen los nuevos emprendedores.







Por. Ewdyn R. Bello.

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